Hoy la cruel enfermedad ha hecho diana en la vida de Manuel, arrebatándonos al arquero, al poeta y al amigo. Tras llevar meses plantándole cara al dolor y arañándole días a los meses, estábamos esperanzados en volver a ver a nuestro compañero tensando un arco, recitándonos unos versos o simplemente compartiendo charla, ingenio y sonrisas, pero no ha sido así, hoy Manuel ha fallecido, dejándonos tristeza y añoranza.

Manuel Muñoz
Manuel nos ha enseñado a no perder la ilusión, a vivir la vida siendo el niño que espera nervioso el recreo para jugar. Su llegada a este deporte fue en categoría de veterano, pero el entusiasmo que trasmitía era propio de quien descubre un tesoro, se maravilla con un paisaje o ve el mar por primera vez. Cada vez que su flecha pinchaba en el amarillo, se le iluminaba la cara y se sentía tan feliz que conseguía contagiarnos.
A veces, escribía artículos para la sección Pluma de Plumas, donde reflejaba el lado más humano de este deporte, ofreciéndonos una perspectiva personal, llena de cariño, del club y sus integrantes.
En ocasiones, se le escabullía entre los dedos su alma de poeta, y un simple correo electrónico o un mensaje de texto lo convertía en un fragmento literario, donde aspectos técnicos o de gestión eran envueltos por las mismas palabras con las que se escriben sonetos o se narran historias.
Siempre se adelantaba al despertar del sol, lo recibía atento con los ojos abiertos, le encantaba madrugar, y quería que sus primeras flechas llegaran antes que los propios rayos del astro rey. Las primeras horas del día le llenaban de energía, y cada domingo nos proponía empezar un poco antes los entrenamientos.
Manuel nos deja recuerdos que no queremos olvidar, que nos despiertan sentimientos de ternura, bondad, alegría e ilusión, que nos harán sentir que falta alguien en la línea de tiro, que no están todas las flechas tiradas, que no están todos los puntos anotados, pues faltan los dieces de una persona de diez.
D.E.P. Manuel Muñoz